“La sangre es para la medicina lo que el petróleo para la transportación”-Arthur Caplan, director del centro de bioética de la Universidad de Pensilvania.
¿Qué se puede decir respecto a las transfusiones de sangre? Estas son en la actualidad uno de los instrumentos principales de la medicina. Puede que muchos doctores que se interesan por sus pacientes no piensen dos veces en transfundirle sangre a estos cuando la necesitan. La transfusión ha sido llamada la “dádiva de la vida”. Es por esto que millones de personas han donado o aceptado sangre.
En el año 2008 se tienen cifras de que entre 12.000.000 y 14.000.000 de unidades de sangre se usaron en transfusiones, tan solo en los Estados Unidos.
Hasta 30 años atrás se dio el siguiente aviso a patólogos y al personal de los bancos de sangre: La sangre es dinamita, ya que puede hacer mucho bien o mucho mal. La mortalidad por transfusiones de sangre equivale a la ocasionada por la apendicectomía (extracción del apéndice). Se dice que por cada 1.000 a 3.000 transfusiones hay aproximadamente una muerte. En el área de Londres se ha informado una muerte por cada 13.000 botellas de sangre transfundidas.
¿Se podría decir entonces que ya se han eliminado los peligros, para que ahora se pueda transfundir sin riesgos la sangre? Lo cierto es que cada año miles de personas experimentan reacciones adversas a las transfusiones de sangre, y muchas personas mueren. Entonces deberíamos repasar cuales serian las enfermedades que la sangre transmite, pero antes, hay que considerar ciertos aspectos de los inicios de las transfusiones de sangre.
Hasta 30 años atrás se dio el siguiente aviso a patólogos y al personal de los bancos de sangre: La sangre es dinamita, ya que puede hacer mucho bien o mucho mal. La mortalidad por transfusiones de sangre equivale a la ocasionada por la apendicectomía (extracción del apéndice). Se dice que por cada 1.000 a 3.000 transfusiones hay aproximadamente una muerte. En el área de Londres se ha informado una muerte por cada 13.000 botellas de sangre transfundidas.
¿Se podría decir entonces que ya se han eliminado los peligros, para que ahora se pueda transfundir sin riesgos la sangre? Lo cierto es que cada año miles de personas experimentan reacciones adversas a las transfusiones de sangre, y muchas personas mueren. Entonces deberíamos repasar cuales serian las enfermedades que la sangre transmite, pero antes, hay que considerar ciertos aspectos de los inicios de las transfusiones de sangre.
A principios del siglo XX la investigación científica permitió al hombre comprender más profundamente diferentes aspectos y principios de la sangre. Los científicos aprendieron que hay diferentes tipos de sangre. Para las transfusiones es de lo más importante determinar la compatibilidad de la sangre entre el donante y el paciente. Por ejemplo, si alguien con sangre del tipo A recibe el tipo B, puede experimentar una grave reacción hemolítica y el resultado puede ser la destrucción de glóbulos rojos y la muerte rápida del paciente. Aunque en la verificación de los diferentes tipos sanguíneos y la prueba cruzada son ahora procedimientos de rutina, ocurren errores, y es por esto que cada año muere gente por reacciones hemolíticas.
Además los hechos muestran que la situación de la incompatibilidad va mucho más allá de estas reacciones porque la transfusión de sangre es un procedimiento muy peligroso ya que los estudios han comprobado que diferentes tipos de antígenos (anticuerpos que generan oposición) han sido identificados y que estos seguirán aumentando, ya que la membrana del glóbulo rojo es extremadamente más compleja.
Actualmente los científicos estudian el efecto que tienen las defensas o el sistema inmunológico del cuerpo la sangre transfundida. ¿Qué significa esto?
Que de cada 100 transfusiones, aproximadamente 1 va acompañada de fiebre, escalofríos o urticaria ya que de cada 6.000 transfusiones de glóbulos rojos, aproximadamente 1 produce una reacción hemolítica a la transfusión. Esta es una grave reacción inmunológica que puede ocurrir de repente o quizás tardar unos días después de la transfusión; puede producir un fallo renal agudo, y hasta la muerte.
Que de cada 100 transfusiones, aproximadamente 1 va acompañada de fiebre, escalofríos o urticaria ya que de cada 6.000 transfusiones de glóbulos rojos, aproximadamente 1 produce una reacción hemolítica a la transfusión. Esta es una grave reacción inmunológica que puede ocurrir de repente o quizás tardar unos días después de la transfusión; puede producir un fallo renal agudo, y hasta la muerte.
Por ejemplo cuando los médicos trasplantan un corazón, un hígado u otro órgano, el sistema inmunológico del que lo recibe pudiera detectar el tejido ajeno y rechazarlo. Sin embargo, una transfusión es trasplantar un tejido pero aun hasta sangre que haya sido debidamente comparada para determinar compatibilidad puede causar supresión del sistema inmunológico.
El científico danés Niels Jerne quien fue partícipe del premio Nobel de medicina en 1984, cuando se le preguntó por qué había rechazado una transfusión de sangre dijo: La sangre de uno es como sus huellas digitales: no hay dos tipos de sangre exactamente iguales
Ahora ya podemos ver cuáles son las enfermedades que la sangre porta entre ellas se encuentran enfermedades tales como la sífilis, la infección por citomegalovirus y la malaria, también hay otras como las infecciones por el virus herpético, toxoplasmosis, tripanosomiasis (enfermedad del sueño africana y enfermedad de Chagas), brucelosis (fiebre de Malta), tifus, filariasis, y sarampión. En realidad la lista de esas enfermedades sigue creciendo.
Otra causa de preocupación es que la sangre que se obtiene en un país donde abunda cierta enfermedad pudiera usarse en un lugar muy distante de allí, donde ni el público ni los médicos están al tanto del peligro. Hoy, cuando tanta gente viaja, incluso refugiados e inmigrantes, aumenta el riesgo de que se transporte una enfermedad rara dentro de la sangre.
Otra causa de preocupación es que la sangre que se obtiene en un país donde abunda cierta enfermedad pudiera usarse en un lugar muy distante de allí, donde ni el público ni los médicos están al tanto del peligro. Hoy, cuando tanta gente viaja, incluso refugiados e inmigrantes, aumenta el riesgo de que se transporte una enfermedad rara dentro de la sangre.
Además, un especialista en enfermedades infecciosas advirtió: Quizás haya que examinar la sangre conservada para impedir la transmisión de varios desórdenes que antes no se veían como infecciosos, entre ellos la leucemia, el linfoma y la enfermedad de Alzheimer
Aunque estos riesgos asustan a cualquiera, otros han creado más extenso temor.
“El SIDA ha cambiado para siempre lo que los médicos y los pacientes piensan de la sangre, y según los médicos no es malo que así sea ya que la pandemia del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ha hecho que la gente se dé cuenta del peligro de adquirir enfermedades infecciosas mediante la sangre. Hay millones infectados con el SIDA ahora. Se esparce sin control y en todo caso causa la muerte.
La causa del SIDA es el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, designado en inglés HIV), que puede ser esparcido por la sangre. La plaga moderna del SIDA se descubrió en 1981. El mismísimo año siguiente peritos de sanidad reconocieron que era probable que el virus se transmitiera por productos derivados de la sangre. Ahora se admite que la industria de la sangre respondió con lentitud, aun después que por ciertos exámenes se podía identificar la sangre que llevaba los anticuerpos del VIH. Finalmente, en 1985, empezó a examinarse la sangre de donantes.
En realidad, solo con el tiempo se sabrá cuántos virus portados por la sangre están ocultos en la sangre conservada, algunos médicos dicen que los desconocidos pudieran ser mayor causa de preocupación que los conocidos y otros dicen que como que si no bastara con lo lamentable de la epidemia del SIDA, recientemente se han descrito algunos riesgos de la transfusión que se han evidenciado durante los años ochenta. No exige gran imaginación predecir que existen otras graves enfermedades virales que son transmitidas por transfusiones sanguíneas.
Ya se han cometido tantos errores que los Centros para el Control de las Enfermedades recomiendan “precauciones universales”. O sea, los que atienden a los enfermos deben suponer que todos los pacientes pudieran infectar a otros con el VIH u otros agentes patógenos portados por la sangre. Con buena razón esas personas, y también las personas, están reexaminando su punto de vista sobre la sangre.
Debido a todo lo antes expuesto he llegado a la conclusión que todas las personas tenemos diferente tipo de sangre y que las transfusiones no son compatibles entre personas de diferente tipo. Así mismo aunque los científico proporcionado muchísima información debido al gran avance que han tenido en la investigación de todo lo relativo a la sangre hay que tener en cuenta que esto es un tema muy complejo y por lo tanto al transfundir sangre nunca se está cien por ciento seguro de su pureza o sea, de que si está libre de virus o enfermedades por lo tanto en mi opinión es mejor abstenerse de las transfusiones de sangre y usar medidas alternativas.
Aunque estos riesgos asustan a cualquiera, otros han creado más extenso temor.
“El SIDA ha cambiado para siempre lo que los médicos y los pacientes piensan de la sangre, y según los médicos no es malo que así sea ya que la pandemia del SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) ha hecho que la gente se dé cuenta del peligro de adquirir enfermedades infecciosas mediante la sangre. Hay millones infectados con el SIDA ahora. Se esparce sin control y en todo caso causa la muerte.
La causa del SIDA es el virus de inmunodeficiencia humana (VIH, designado en inglés HIV), que puede ser esparcido por la sangre. La plaga moderna del SIDA se descubrió en 1981. El mismísimo año siguiente peritos de sanidad reconocieron que era probable que el virus se transmitiera por productos derivados de la sangre. Ahora se admite que la industria de la sangre respondió con lentitud, aun después que por ciertos exámenes se podía identificar la sangre que llevaba los anticuerpos del VIH. Finalmente, en 1985, empezó a examinarse la sangre de donantes.
En realidad, solo con el tiempo se sabrá cuántos virus portados por la sangre están ocultos en la sangre conservada, algunos médicos dicen que los desconocidos pudieran ser mayor causa de preocupación que los conocidos y otros dicen que como que si no bastara con lo lamentable de la epidemia del SIDA, recientemente se han descrito algunos riesgos de la transfusión que se han evidenciado durante los años ochenta. No exige gran imaginación predecir que existen otras graves enfermedades virales que son transmitidas por transfusiones sanguíneas.
Ya se han cometido tantos errores que los Centros para el Control de las Enfermedades recomiendan “precauciones universales”. O sea, los que atienden a los enfermos deben suponer que todos los pacientes pudieran infectar a otros con el VIH u otros agentes patógenos portados por la sangre. Con buena razón esas personas, y también las personas, están reexaminando su punto de vista sobre la sangre.
Debido a todo lo antes expuesto he llegado a la conclusión que todas las personas tenemos diferente tipo de sangre y que las transfusiones no son compatibles entre personas de diferente tipo. Así mismo aunque los científico proporcionado muchísima información debido al gran avance que han tenido en la investigación de todo lo relativo a la sangre hay que tener en cuenta que esto es un tema muy complejo y por lo tanto al transfundir sangre nunca se está cien por ciento seguro de su pureza o sea, de que si está libre de virus o enfermedades por lo tanto en mi opinión es mejor abstenerse de las transfusiones de sangre y usar medidas alternativas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario